Sin Amazonia no existe Futuro
¡Es ahora o nunca!
Hermanas y hermanos,
Venimos desde Bolivia a sumar nuestra voz a la suya y a la de miles de seres de nuestra Madre Tierra que cada año son desplazados o mueren en total impunidad calcinados bajo el fuego.
El año pasado millones de hectáreas fueron quemadas en el peor ecocidio de la última década en nuestro país y en la Amazonía en general. Este año estamos en alerta máxima como bolivianos porque el actual gobierno de transición en complicidad con parlamentarios de todos los partidos políticos, siguen indiferentes ante el mandato nacional de abrogación del paquetazo de leyes y decretos incendiarios y ecocidas.
Peor aún, el gobierno de transición aprovecha la pandemia para impulsar e imponer al pueblo boliviano nuevas disposiciones a favor del agronegocio toxico y la ganadería industrial. De manera ilegal y sin previa consulta pretende imponer cinco nuevos eventos de semillas transgénicas para soya, maíz, caña de azúcar, trigo y algodón, dando continuidad a las nefastas políticas impulsadas por el gobierno de Evo Morales – MAS.
Este plan convertiría a Bolivia en el segundo país con más cultivos transgénicos después del Brasil. Lo cual representa una violación directa a la Constitución Política del Estado, los derechos de los pueblos indígenas, la sociedad civil y de la Madre Tierra. Nosotros los de tierras andinas y amazónicas somos hijos del maíz y del jaguar. No queremos una mentalidad de guerra en nuestros alimentos y territorios.
A este plan de muerte se suma la autorización para importar eucaliptos para plantaciones forestales comerciales en detrimento de la biodiversidad; la expectativa de exportar carne a la China; y la producción de agrocombustibles a costa de nuestros bosques, naciones y pueblos indígenas y la vida en su conjunto.
La explotación de oro se ha multiplicado durante la pandemia. Las avionetas del narcotráfico proliferan a pesar de la cuarentena. Y los proyectos de grandes hidroeléctricas continúan en la agenda de todos los partidos que compiten en las próximas elecciones.
La muerte por covid-19 se esparce por las ciudades y los pueblos indígenas ante el abandono de las autoridades, mientras el gobierno aprueba un plan de cientos de millones de dólares para rehabilitar al agronegocio que vive parasitando del Estado y de los bolsillos de los bolivianos.
Estamos aquí para aclarar que esta pandemia es una enfermedad sistémica generada por la codicia capitalista y colonial. Estamos aquí para decir al mundo que nos sumamos el pedido legítimo de justicia racial que históricamente nos ha esclavizado y conducido a la crisis climática actual, donde las brechas entre ricos y pobres son cada vez más agudas. Hoy el avance de la pandemia junto al extractivismo en la Amazonia grita: WE CAN´T BREATHE (No podemos respirar).
Las mujeres se han puesto al frente de la emergencia desde las dirigencias territoriales indígenas, en el campo y las ciudades. Ellas están logrando redescubrir la medicina tradicional y redes de autocuidado que, ante el abandono de los estados, es lo que está permitiendo salvar muchas vidas. Son estas mismas mujeres, jóvenes y niñas que ante el encierro de la cuarentena se han visto enfrentadas con sus agresores, aumentando los casos de violencia machista y patriarcal.
Venimos a la Asamblea Mundial por la Amazonía convencidos de que la unidad, el compromiso, la movilización permanente y la acción coherente de millones de personas del mundo junto a la lucha histórica y legítima de todos los pueblos indígenas de la Amazonía, pueden salvar a esta región, que es esencial para la vida de todas las especies del planeta y la humanidad.

Estamos seguros que este encuentro de múltiples voces indomables va a generar un cambio de paradigma, donde el extractivismo que viola, despoja y mata día a día no sea la prioridad de inversión de los estados y empresas. Nuestras alternativas de lucha y esperanza son la concreción del decrecimiento económico, el tejido de los cuidados, la creatividad, los saberes ancestrales para seguir reproduciendo la vida y las utopías.
Desde la Amazonía boliviana les llamamos a reinventarnos como humanidad porque necesitamos hacerlo ¡ya!. Convocamos a boicotear este sistema colonial impuesto por las transnacionales y gobiernos del mundo que cargan ríos de sangre indígena, africana y mestiza. Convocamos a frenar el consumo y exportaciones de soya transgénica boliviana junto al plan de avance impune del agronegocio y minería de oro en Bolivia. Les invitamos a dejar de alentar las exportaciones de productos que devoran nuestros bosques y pueblos indígenas en favor de los oligopolios. Porque hoy más que nunca lo que comemos es político. La humanidad es capaz de sobrevivir sin carne, pero no sin sus bosques primarios.
Unámonos para abrogar las leyes y proyectos que incendian, envenenan y expropian la Gran Amazonía a capitales extranjeros.
Desde la Asamblea por los Bosques y la Vida Bolivia y desde muchos frentes autoconvocados y autónomos, nos comprometemos con esta gran alianza que busca detener el etnocidio, el ecocidio, la violencia patriarcal y el saqueo extractivista de la Amazonia que se agravan con la pandemia.
Hermanas y hermanos,
Sin Amazonía no existe futuro para la humanidad.
¡Es ahora o nunca!
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